Promovido por el Gobierno y facilitado por una reciente
modificación de la Ley Concursal, el conocido como "Proyecto Fénix
" supone el acuerdo de los seis grandes bancos españoles
(Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell) para constituir el
primer fondo o "banco malo" de rescate de compañías muy
apalancadas que, en su situación actual, no son capaces
de generar tesorería suficiente para hacer frente al servicio de su deuda pero cuentan
con un modelo de negocio que podría hacerlas viables, a juicio de sus
banqueros, que ahora pasarán a convertirse en accionistas. A diferencia de la
Sareb el nuevo fondo, en el que los bancos podrían invitar a participar a otros
inversores financieros, no contará con aval del Estado. Aunque el objetivo
'oficial' del fondo es evitar la liquidación de otras 65.000 compañías, para
los bancos la principal prioridad probablemente sea evitar la dotación de
provisiones adicionales por estos créditos "malos", y el lastre que ello supondría para sus
cuentas de resultados, mediante un compromiso del Gobierno que tratarán de
asegurar, antes de dar su beneplácito al Proyecto, después de que el sector en
su conjunto volviera a la rentabilidad en 2013, precisamente gracias a haber reducido las dotaciones por morosidad. Si además, consiguen mejorar las expectativas de
recuperación de su deuda por encima de lo provisionado hasta ahora pues mejor
que mejor.
Se comenta que la gestión del fondo y el análisis de las empresas estará a cargo de N+1 y McKinsey , o por lo menos uno de ellos.
Según se ha indicado, el fondo piloto estará integrado inicialmente por GAM, que tiene una duda financiera de 280 millones de euros, Válvulas Arco, de la que hemos visto publicada una deuda de 80 millones, Grupo 'Condesa', con 230 millones, e Hierros del Mediterráneo. A este listado, aún sin cerrar, se puede incorporar Ros Casares, empresa valenciana dedicada a la distribución de productos siderúrgicos y suministro industrial, que debe una cifra cercana a los 200 millones, existiendo el compromiso de las entidades financieras de definir las líneas generales que regirán el fondo antes de que culmine este mes.
De esta manera, una vez
recibidas las autorizaciones pertinentes, el fondo de rescate empresarial
comenzará a funcionar en julio, tal y como deseaba la banca, con un máximo de
unas cinco compañías.
El nuevo fondo servirá para que la banca capitalice su deuda en las compañías elegidas, canjeándola por una participación en el accionariado e interviniendo en la gestión para reflotarlas y venderlas posteriormente tratando de recuperar parte de sus créditos. La alternativa era dejarlas caer en concurso de acreedores y, en muchos casos, abocarlas a la liquidación con lo cual el banco perdía prácticamente cualquier opción
La idea de crear este
fondo de rescate empresarial por parte de la banca se enmarca en el real
decreto ley de Medidas Urgentes de Refinanciación y Reestructuración de Deuda
Empresarial aprobado a principios de marzo y que modifica parte de la ley
concursal, permitiendo, entre otros, que la deuda capitalizada no se considere
subordinada en caso de concurso , y que la capitalización no tenga efectos
fiscales añadidos.
En un primer momento se
denominó Proyecto Midas y se le llamó "el banco malo de las
empresas", aunque en este caso la estructura no será la misma, ya que la
banca está casi decidida a actuar "empresa por empresa". La medida,
según el mensaje que quieren lanzar sus promotores, servirá
básicamente para reducir el número de quiebras empresariales después de que la
crisis se haya llevado por delante a unas 135.000 compañías, y se unirá a otras
iniciativas como las medidas fiscales que ultima el Gobierno
El objetivo del Proyecto
Fénix es similar a lo que parte de la banca acreedora está haciendo ya en
Pescanova, en la que, algunas entidades han decidido apostar por su viabilidad
futura después de acceder a quitas de más del 90% , de una deuda que
se eleva a más de 3.500 millones de euros, y tener que aportar
financiación adicional para evitar su liquidación.
Además de las
compañías anteriores se habían considerado otros nombres para la
prueba piloto como Kalise (helados), Cegasa (electrodomésticos y pilas) Freiremar
(pescado congelado) o Naviera Armas (Transporte). No obstante, el número de
empresas podría elevarse a una treintena ya que si el ensayo se
desarrolla con éxito podrán entrar otros.