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sábado, 28 de junio de 2014

Proyecto Fénix: Los bancos se hacen accionistas para evitar quiebras y provisiones

Promovido por el Gobierno y facilitado por una reciente modificación de la Ley Concursal, el conocido como  "Proyecto Fénix " supone el acuerdo de los seis grandes bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell) para constituir el primer fondo o "banco malo" de rescate de compañías muy apalancadas  que, en su situación actual,  no son capaces de generar tesorería suficiente para hacer frente al servicio de su deuda  pero cuentan con un modelo de negocio que podría hacerlas viables, a juicio de sus banqueros, que ahora pasarán a convertirse en accionistas. A diferencia de la Sareb el nuevo fondo, en el que los bancos podrían invitar a participar a otros inversores financieros, no contará con aval del Estado. Aunque el objetivo 'oficial' del fondo es evitar la liquidación de otras 65.000 compañías, para los bancos  la principal prioridad probablemente sea evitar la dotación de provisiones adicionales por estos créditos "malos",  y el lastre que ello supondría para sus cuentas de resultados, mediante un  compromiso del Gobierno que tratarán de asegurar, antes de dar su beneplácito al Proyecto, después de que el sector en su conjunto volviera a la rentabilidad en 2013, precisamente gracias a haber reducido las dotaciones por morosidad. Si además, consiguen mejorar las expectativas de recuperación de su deuda por encima de lo provisionado hasta ahora pues mejor que mejor.

Se comenta que la gestión del fondo y el análisis de las empresas estará a cargo de N+1 y McKinsey , o por lo menos uno de ellos.  

Según se ha indicado, el  fondo piloto estará integrado inicialmente por GAM, que tiene una duda financiera de 280 millones de euros, Válvulas Arco, de la que hemos visto publicada una deuda de 80 millones,  Grupo 'Condesa',  con 230 millones,   e Hierros del Mediterráneo. A este listado, aún sin cerrar, se puede incorporar Ros Casares, empresa valenciana dedicada a la distribución de productos siderúrgicos y suministro industrial, que debe  una cifra cercana a los 200 millones, existiendo el compromiso de las entidades financieras de definir las líneas generales que regirán el fondo antes de que culmine este mes.

De esta manera, una vez recibidas las autorizaciones pertinentes, el fondo de rescate empresarial comenzará a funcionar en julio, tal y como deseaba la banca, con un máximo de unas cinco compañías.

El nuevo fondo servirá para que la banca capitalice su deuda en las compañías elegidas, canjeándola por una participación en el accionariado e interviniendo en la gestión para reflotarlas y venderlas posteriormente tratando de recuperar parte de sus créditos. La alternativa era dejarlas caer en concurso de acreedores y, en muchos casos, abocarlas a la liquidación con lo cual el banco perdía prácticamente cualquier opción
La idea de crear este fondo de rescate empresarial por parte de la banca se enmarca en el real decreto ley de Medidas Urgentes de Refinanciación y Reestructuración de Deuda Empresarial aprobado a principios de marzo y que modifica parte de la ley concursal, permitiendo, entre otros, que la deuda capitalizada no se considere subordinada en caso de concurso , y que la capitalización no tenga efectos fiscales añadidos.
En un primer momento se denominó Proyecto Midas y se le llamó "el banco malo de las empresas", aunque en este caso la estructura no será la misma, ya que la banca está casi decidida a actuar "empresa por empresa". La medida, según el mensaje que quieren lanzar sus promotores,  servirá básicamente para reducir el número de quiebras empresariales después de que la crisis se haya llevado por delante a unas 135.000 compañías, y se unirá a otras iniciativas como las medidas fiscales que ultima el Gobierno

El objetivo del Proyecto Fénix es similar a lo que parte de la banca acreedora está haciendo ya en Pescanova, en la que, algunas entidades han decidido apostar por su viabilidad futura después de acceder a quitas de más del 90% ,  de una deuda que se eleva a más de 3.500 millones de euros,   y tener que aportar financiación adicional para evitar su liquidación.

Además de las compañías anteriores se habían considerado otros nombres  para la prueba piloto como Kalise (helados), Cegasa (electrodomésticos y pilas)  Freiremar (pescado congelado) o Naviera Armas (Transporte). No obstante, el número de empresas podría elevarse a una treintena ya que  si el ensayo se desarrolla con éxito podrán entrar otros.